¿Estamos ante una normalización real?
Monthly House View - Octubre 2021 - Descargar aqui
Los últimos meses han sido más que suficientes para aturdir a un economista de mercado. En poco tiempo, hemos pasado de la recesión a la recuperación, de la recuperación a la aceleración, y ahora de la aceleración a la «normalización». Es como avanzar rápido una película que preferiríamos rebobinar para poder volver a finales de 2020 —momento de euforia por una recuperación histórica y sin inflación— en lugar de tener que plantear ya cuestiones sobre la vuelta a la nor-malidad, el ritmo de crecimiento y el inicio de una trayectoria de inflación, una trayectoria tan inusual, que no podemos llamar «normalización» a lo que estamos viviendo.
¿A qué nos referimos en realidad cuando hablamos de normalización? Se trata de la idea de ralentizar las tasas de crecimiento y volver a los márgenes medios, junto con el retorno a políticas económicas fiscales y monetarias más convencionales después del apoyo sin precedentes de los Gobiernos y los bancos centrales.
Algunos verán cierto riesgo en el uso de esta idea de normalización en este momento: primero, porque las previsiones de crecimiento para el próximo año están todavía muy por encima de la media histórica y del crecimiento potencial; en segundo lugar, porque ya no volverá la visión ortodoxa de las políticas monetarias: si nos creemos lo que afirma la Reserva Federal (Fed), es probable que vivamos con tipos de interés cero hasta que EE. UU. logre el pleno empleo, mientras los bancos centrales siguen con balances bastante amplios, a medida que continúan comprando deuda pública, que tampoco volverá a su nivel anterior a la COVID-19.
¿Y qué hay de la creciente ola de inflación, que ha alcanzado niveles que no se observaban desde hacía mucho tiempo? Aunque se debe principalmente a factores temporales relacionados con las materias primas y las interrupciones de la cadena de suministro derivadas de la pandemia, la reaparición de las limitaciones de la oferta en un mundo de competencia global es inusual y los salarios estadounidenses están aumentando entre un 3% y un 4% sin que se produzca un retorno al pleno empleo.
Por lo tanto, nos encontramos en una situación algo paradójica: habitual por el orden de los pasos y la vuelta a un crecimiento de los beneficios más normal (entre el 7% y el 8% el año próximo) y bastante inusual por el aumento de la inflación y las numerosas perturbaciones en el lado de la oferta.
El riesgo radica en que los instrumentos a disposición de los Gobiernos y los bancos centrales, que tan bien han funcionado para salir de esta recesión autoinfligida, podría resultar ineficaz a la hora de optimizar la combinación crecimiento/ inflación, que ahora parece explicarse mejor por los desequilibrios y las rupturas, frente a las herramientas keynesianas más adecuadas para regular el consumo y la inversión. Se trata más bien de una adaptación que de una normalización.
Monthly House View, 24/09/2021 - Extracto del Editorial
01 octubre 2021