¿Ha Empezado la cuenta atrás para la Fed?

31 mayo 2021

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Monthly House View - Junio 2021 - Descargar aquí

Si tenemos en cuenta las últimas publicaciones oficiales, la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) aún tiene que esperar un poco, ya que el último informe sobre el empleo en EE. UU. mostró un estancamiento en la creación de puestos de trabajo durante el mes de abril. Esto podría justificar a posteriori la decisión de Jerome Powell de priorizar el empleo sobre la inflación a la hora de establecer la política monetaria de la Fed.

Sin embargo, si nos fijamos en la inflación estadounidense de abril, vemos que ya estamos en el máximo de los últimos años en términos de crecimiento mensual de la inflación, incluso después de ajustar el efecto base vinculado a la energía, lo que, inevitablemente y como mínimo, plantea la cuestión del fin de las compras de activos por parte de la Fed. Las expectativas de inflación de los hogares también están en alza, lo que refleja la gran sensibilidad a los precios de la gasolina, así como la inflación presente en muchos segmentos de bienes de consumo. Todas estas señales justifican que en los próximos meses se hable de una moderación gradual de la compra de activos por parte de la Fed, la cual podría comenzar a principios de 2022. Sin embargo, los tipos de interés a corto plazo deberían mantenerse en su nivel actual hasta el comienzo del año siguiente.

Esta cuestión se plantea en un año de crecimiento muy particular, en el que la recuperación coordinada de los principales países occidentales debe contribuir a acabar con la recesión y el subempleo lo antes posible. Todo depende de lo que se entienda por «lo antes posible»: unos meses o unos trimestres en EE. UU. y probablemente unos años en la zona euro, donde la aplicación del plan de recuperación ha sido lenta. Esta será una cuestión importante para las divisas en el segundo semestre del año: ¿el fin de los confinamientos y el plan de recuperación llevarán a que el crecimiento europeo alcance el nivel de dinamismo observado en EE. UU.?

Sin embargo, el aumento del gasto público no es el camino que lleva al crecimiento económico a largo plazo, incluso puede frenarlo, a menos que este gasto se centre en las inversiones (infraestructuras, entorno digital, educación, etc.) y vaya acompañado de reformas destinadas a impulsar la productividad económica.

No es casualidad, pues, que la respuesta del Gobierno de Biden en EE. UU., al igual que la de los Gobiernos europeos, se haya centrado en las inversiones. También es interesante observar que, en este contexto, Italia parece querer aprovechar esta fase para iniciar reformas en las organizaciones con el fin de mejorar su productividad, que ha seguido rezagada respecto a sus vecinos europeos.

No obstante, ¿deberíamos temer una tercera desaceleración fiscal en 2022, tras un 2020 muy monetario y un 2021 marcado por la recuperación presupuestaria? En cualquier caso, sería lógico prever que el impuesto de sociedades (que ha disminuido considerablemente en los últimos cuarenta años) vaya a incrementarse para contribuir a financiar el retorno del estado del bienestar atacado en los años 80. Esta fue la esencia de las declaraciones de Janet Yellen en la última cumbre del Fondo Monetario Internacional (FMI). El reto será encontrar un equilibrio sostenible en los métodos de financiación de los Gobiernos dentro de una economía cada vez más dual, a medida que crece la disrupción digital.

Una cosa parece clara: los Gobiernos no pueden aumentar su gasto de forma sostenible y, al mismo tiempo, seguir bajando los tipos impositivos sin poner en peligro su trayectoria de recuperación a largo plazo. El crecimiento potencial y la innovación siguen siendo los objetivos a largo plazo de estos planes, y la trayectoria de crecimiento de 2022­2023 servirá probablemente como prueba para ver la eficacia de estos planes de recuperación.

En este contexto, además de la recuperación de los sectores Cíclicos y Value, que debería continuar este año, el crecimiento schumpeteriano1 podría volver a dominar el crecimiento keynesiano2 y los inversores podrían seguir dando prioridad a los países y los agentes impulsados por la innovación y el crecimiento sostenible, quizás en detrimento de los sectores Cíclicos y de aquellos países cuyo modelo de crecimiento esté demasiado basado en la acumulación de deuda. Tras esta recuperación Cíclica, que debería extenderse a todos los países en el segundo semestre, es posible que encontremos más divergencias el próximo año.

 

1- Crecimiento schumpeteriano: modelo de crecimiento que se caracteriza por centrarse en el progreso tecnológico y el aumento de la productividad.
2- Crecimiento keynesiano: modelo de crecimiento caracterizado por el intervencionismo gubernamental mediante la aplicación de medidas de recuperación anticíclicas con el fin de apoyar la demanda durante los periodos de contracción no deseada de la actividad.

 

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Monthly House View, 25/05/2021 - Extracto del Editorial

31 mayo 2021

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