Posicionamiento estratégico en tiempos de incertidumbre
Monthly House View - Abril 2022 - Descargar aqui
El conflicto de Ucrania, con una duración, riesgos de extensión y panoramas de salida imposibles de predecir, es el telón de fondo del actual cambio de régimen en los mercados, con la palabra “estanflación1” como resumen del contenido macroeconómico. El aumento de la inflación y el incremento de los riesgos de estancamiento son los dos extremos, las dos caras de una misma moneda, y la guerra es el acelerador.
En las últimas semanas, los mercados han pasado rápidamente de la clásica aversión al riesgo, marcada por la caída acusada de la renta variable y el gran rendimiento considerable de los valores refugio - muy similar a las correcciones anteriores alimentadas por temores de recesión -, a fases más comparables a las de principios de año, con rotación de la renta variable, volatilidad y subida de los tipos a largo plazo.
Ante la incertidumbre, resulta muy tentador aferrarse al pasado. Abundan tanto las comparaciones con las crisis del petróleo de 1973, 1979 y 1990, como los argumentos de que el mundo ha cambiado desde entonces. Sin embargo, varias conclusiones siguen siendo válidas. En primer lugar, la idea de que el aumento de los precios de la energía casi siempre conduce a una desaceleración del crecimiento. En segundo lugar, que los bancos centrales están atrapados entre dos fuegos, el riesgo de desaceleración y el aumento de la inflación.
En este contexto volátil y cambiante, la posición que deben adoptar los inversores sigue siendo compleja, y probablemente implica mirar más allá del conflicto, para percibir los efectos en el crecimiento, la inflación, la política monetaria y la evolución de los resultados empresariales.
En este sentido, no cabe duda de que esta conmoción económica afectará principalmente a Europa, que se enfrenta a un descenso del crecimiento más acusado que EE. UU. y está más expuesta al riesgo de escasez de energía. El otro motivo para la prudencia con respecto a Europa es que los salarios están creciendo a un ritmo más lento que la inflación, lo que lógicamente se traducirá en un menor consumo.
Esto se refleja en la corrección de la renta variable europea, que incorpora de facto un descenso de la dinámica económica de la zona euro y dudas sobre el crecimiento de los beneficios.
Sin embargo, sería ilusorio pensar que la economía estadounidense seguirá inmune a este choque si persiste el aumento de los precios de la energía. También en este caso, el juez será la Reserva Federal, que tendrá que ser flexible si el consumo del país también se debilita. Ya existen ciertas señales de alarma, como los recientes indicadores de confianza de los consumidores, aunque la fortaleza del empleo, los salarios y la inversión sugieren que la economía de EE. UU. seguirá en modo de crecimiento. Este es el motivo que ha llevado a la Fed a confiar en que la economía y los mercados financieros estadounidenses puedan soportar esta normalización monetaria.
1- La estanflación se refiere a una economía que experimenta simultáneamente un aumento de la inflación y un estancamiento de la producción económica.
Monthly House View, 22/03/2022 - Extracto del Editorial
25 marzo 2022