¿Rapsodia de normalización… o tragedia de la inflación?

30 junio 2022

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Monthly House View - Julio de 2022 - Descargar aqui

"Toda acción requiere olvido"

Extracto de Nietzsche 

La victoria nunca llega con un gran éxito en la vida real, ni tampoco es una vuelta rápida a la normalidad. Tras derrotar a sus enemigos, Ulises tardó diez años en abandonar las ruinas de Troya y regresar a su isla natal, Ítaca. Exactamente el tiempo que se tardó en ganar la lucha de diez años contra la inflación en los años 70. Los bancos centrales también tardaron el mismo tiempo en reactivar las expectativas de inflación; y ahora que lo han logrado, solo deseamos que vuelvan a estar como antes. ¿Es esto realista? ¿Y si no estuviéramos solo en un momento cíclico, sino en un cambio más estructural que podría tardar años en frenarse?

Los antiguos griegos tenían un sentido de la temporalidad y una forma de paciencia que quizá hayamos perdido. Probablemente este sea el motivo por el que el olvido - la doble condición para la acción y la felicidad para Nietzsche - y nuestra poca memoria nos han llevado a olvidar la larga dinámica de los ciclos inflacionarios. El recuerdo del tiempo pasado llama con poco éxito a la puerta de nuestras percepciones sesgadas por la esperanza, el optimismo, las creencias, y nuestro horizonte temporal reducido. Las esperanzas de una paz perpetua nos han hecho olvidar la larga historia de Rusia. La volatilidad de los mercados financieros también contribuye a reducir nuestro horizonte temporal, mientras que las emergencias sociales y las elecciones libres acortan el horizonte de los gobiernos. Estas demandas sociales exigen una rápida actuación de los bancos centrales en la actualidad. Sin embargo, también puede ser una trampa; los ciclos inflacionistas tardan más en enfriarse que en reactivarse.

El reducido horizonte temporal y el sesgo de percepción de los bancos centrales es una de las explicaciones de este importante error de política monetaria. En 2021, los bancos centrales seguían tan conmocionados por la perturbación que siguió a la pandemia y dudaban tanto de la recuperación del mercado laboral que siguieron proporcionando una acomodación monetaria injustificada. Más recientemente, se negaban a reconocer el retorno de la inflación cuando ya estaba presente, sesgados por una década de temores a la deflación.

Ahora que la inflación ya está aquí, los bancos centrales se apresuran a subir los tipos e intentan cerrar los ojos ante las consecuencias de un proceso de normalización brusco en una economía que ya está desacelerándose, lo que aumenta el riesgo de recesión, con muchas incógnitas geopolíticas. La normalización de la combinación de políticas no es el destino, sino el trayecto, con más altibajos de lo habitual y muchas posibles sorpresas en el camino. ¿Y si no se tratara de una rapsodia corta de final feliz, sino de una tragedia griega más oscura y larga, con héroes atrapados por un destino que se les escapa y sometidos a dilemas cornelianos?

Esta es la pregunta clave que los inversores plantean hoy a la Fed. ¿Está segura de que estas acciones puedan ser eficaces para controlar una senda inflacionista de una fortaleza sorprendente? ¿Está dispuesta a correr el riesgo de caer en la recesión para frenar las presiones inflacionistas?

La lectura de las tragedias griegas es útil hoy en día para recapacitar sobre nuestra percepción del tiempo y el impacto de las acciones humanas y políticas. En contra de nuestra noción moderna de la historia - considerada un camino dialéctico de progreso -, las tragedias nos enseñan que las historias no siempre terminan bien, y que nuestras acciones, a veces inútiles, pueden empeorarlas. Es una lección de humildad para nosotros, los inversores. Si no podemos predecir el futuro, lo mejor es adaptarse al presente, sin olvidar la historia.

 

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Monthly House View, 23/06/2022 - Extracto del Editorial

30 junio 2022

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